Esta es una situación muy común para todos profesionales que socializan corporativamente. No existe una contestación perfecta, pero si le podemos recomendar que tome en consideración sus circunstancias personales, evalúe a su cliente y al grupo que les acompaña.
Siga estos consejos sencillos que le ayudarán a salir airoso de esta situación.
- Verifique si su compañía regula el consumo de licor durante horas laborables. Déjese regir por el código de conducta de su empresa. Si le está prohibido beber durante horas laborales infórmeselo a su cliente de una manera firme pero simpática.
- ¿Su cliente se sentirá defraudado si ordena una bebida y usted no ordena ninguna? Si usted no bebe, no hay problema. Sencillamente ordene su bebida sin alcohol y no le dé más importancia al asunto.
- Conozca su límite. No beba si sabe que su buen juicio al negociar se puede afectar si ingiere licor durante la hora de almuerzo. Si bebe:
- Establezca con antelación el límite de tragos que consumirá en el almuerzo.
- Acompañe cada trago de alcohol con un vaso de agua.
- Calcule el número de tragos que bebe guardando los “sorbetitos” o revolvedores con los que mueve el contenido de su bebida.
- Recuerde que es más difícil llevar la cuenta de cuántas copas de vino ha ingerido si se ordena éste por botella.
- Si nadie ordena bebidas alcohólicas, definitivamente usted tampoco debe hacerlo.
- NUNCA beba más que su cliente o el anfitrión.
*Del libro de la Dra. Chamir Highley – Sobrevive en la Jungla Corporativa
Muchísimas gracias por su comentario. Definitivamente, beber o no beber puede hacer la diferencia en los resultados de una negociación exitosa. ¡Mucho éxito!
Excelente artículo, uno de los problemas más grandes cuando se une la bebida (o el no saber beber) y los negocios es que al día siguiente nadie sabe a que acuerdos llegaron.